Cada tanto somos sorprendidos por la aparición de seres humanos geniales que se destacan como grandes virtuosos en su actividad: la música, el deporte, la escritura...Quizas tendemos a pensar que ya no puede avanzarse mas de ese límite. Sin embargo, la escuela Juilliard de música, en el Lincoln Center de New York, considera que aún el virtuosismo puede refinarse...¿Cómo consideraría la posibilidad de que alguien que no sea un virtuoso ayude a otro a refinar sus dotes?. Interesante desafío... Podriamos considerar el ejemplo del padre de Mozart, que sin ser un virtuoso, fue un excelente pedagogo y maestro de violín y ayudó a su virtuoso hijo a refinarse y convertirse en uno de los musicos y compositores mas exquisito y prolífico en su género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario